sábado, 15 de enero de 2011

Tres dieciséis

Tres dieciséis


Por que de tal manera amo Dios al mundo,
Sin razón alguna,
Como el mar ama la arena,
Sin cansarse de buscar conquistarle
Y llevarle a lo profundo.
Allá donde el grano no necesita ojos
Para ver por dónde va ni viene
Porque la corriente liquida intranquila le lleva
Donde es anhelado su volumen perenne y su melosa sal,
Aun siendo pequeña
Que ha dado su hijo unigénito,
El autor de la creación,
La luz de sus ojos,
La cúspide de sus fuerzas,
El modelo original
De lo que Dios quiso hacer de nosotros
Y rechazamos con torpeza,
Lo único en el cielo y la tierra que era perfecto,
Para que todo aquel que en el cree,
Para que todo aquel que se someta,
Para que todo aquel que se entregue a la locura
Y la humillación que trae consigo la cruz y su grandeza
Para que todo aquel que este dispuesto a negarse
Y sufrir el rechazo de su madre
Padre y hermanos,
No se pierda,
No se canse de gritar en júbilo,
No sea encontrado en medio de la arena
Tragando del aroma invisible que lleva el viento,
No tenga ganas de llorar
Y hulla el dolor como huye el tiempo
No tenga razón para morir en vano,
Más tenga vida eterna.


A.D. Josue Garcia

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