sábado, 15 de enero de 2011

Misericordia versus la impotente inmisericordia


Misericordia versus la impotente inmisericordia

Hoy tuve un encuentro muy peculiar con mis convicciones...
No puedo evitar ligar mis emociones con todo lo que me rodea. Esto, es bueno, pues me hace ver las situaciones con sensibilidad y empatía. Por otro lado, es algo incomodo, porque en ocasiones, las emociones me traicionan y; o pierdo el control y defiendo como una loba la situación, trayéndome problemas o, me hace daño el involucrarme en la situación.

Gracias a mi madre aprendí que la misericordia es uno de los dones más bellos que una persona puede experimentar. Con el tiempo, con mis errores, me he visto de frente con la misericordia de algunos y, como es de esperarse, con la inmisericordia de otros. He visto las manos de muchos con piedras para apedrearme. También he visto la mano de otros, levantándome del lodo, limpiándome las heridas y levantar mi rostro y decirme: Camina como lo que eres, una princesa. He conocida ambas caras, he podido decidir ser inmisericorde, es mas fácil, pero, mami, gracias, pues casi siempre, he sido misericordiosa y, cuando no lo he sido, he sabido retractarme y volver al camino que me ensenaste.

Las personas inmisericordes, por lo general, son legalistas, farisaicas, ególatras, hipócritas, como diría Jesús, "sepulcros blanqueados". Detrás de esa imagen, están escondiendo la podredumbre que llevan por dentro. Son dignas de misericordia. No viven su vida feliz, Siempre están en busca de aquel o aquella, que a su corto juicio, esta en un error, para regodearse en él y hacer leña del árbol caído. No saben vivir sus vidas, para tratar de "ensenarles a otros" a vivir la suya. Ingenuos, idolatras de su propia persona, están cavando poco a poco su propia tumba, pues solo esta manera de vivir los lleva a la muerte emocional y espiritual.

Los misericordiosos, han conocido la misericordia de frente. Han experimentado lo que es que alguien haya sido misericordioso con ellos. Conocen el verdadero significado del amor incondicional. Saben lo que es haber recibido una mano amiga cuando se han caído en el pozo oscuro de la desesperación. Sus corazones están llenos de luz y esto los hace poderosos, pero a la vez son humildes y esto los hace aun más poderosos. Son aquellos que son capaces de sentarse con el mendigo apestoso que está pidiendo una limosna y comparten su pan con el mismo. Son los que no juzgan a la ramera, sino que se sientan con ella y la escuchan, y le presentan la misericordia que la puede levantar de su condición... Son seres de los cuales queremos estar rodeados.

En realidad, no sé si he sido inmisericorde con los inmisericordes, pero otra cosa que mi madre me enseno bien fue a llamar la verdad por su nombre. Hoy, me encontré con la realidad inmisericorde de algunos y tuve que reventar como la loba que defiende a sus cachorros. No me arrepiento, al contrario, me enorgullezco. He estado abajo y me he sabido levantar, y he recibido Una mano Grande para sostenerme. He recibido, manos y hombros para llorar. Estoy aquí, de frente a los impotentes inmisericordes, diciéndoles que quisiera mostrarles la misericordia... Estoy dispuesta a sentarme con amor incondicional y presentarles algo que los hará libre.

Tu, impotente inmisericorde, hoy te digo de frente, que siento lastima por ti y quiero... y seré misericordiosa contigo, aquí esta mi mano, quiero ayudarte a levantarte, a limpiarte el lodo y sanar tus heridas...
Sal de ese sepulcro blanqueado a la luz de la Verdad.

Lala García

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