sábado, 15 de enero de 2011

En el carril

¿Estas en el carril?

"Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos, y también por mí, a fin de que encuentre palabras adecuadas para anunciar resueltamente el misterio del Evangelio, del cual yo soy embajador en medio de mis cadenas. ¡Así podré hablar libremente de él, como debo hacerlo!"
Efesios 6:18-20

La otra noche, debería decir madrugada, mientras venia bajando con mi prometido de una boda de unos amigos, veníamos conversando cosas triviales, de esas que solo se nos ocurren a esas horas. Nos habíamos divertido mucho en el casorio de nuestros queridos amigos y poetas. Compartimos con una amiga a la que le tenemos un cariño especial y particular. Luego, nos reunimos con otro gran amigo al que amamos entrañablemente. En verdad fue una noche especialmente única.

De vuelta, como a eso de las tres de la madrugada, nos encontramos con un aparatoso accidente. Mi prometido me dijo que no mirara pues la escena era terrible. Nos quedamos en silencio y de la nada comienzo a hablar acerca de experiencias espirituales que tuve mientras trabajé con jóvenes en la iglesia en la que serví por años. De repente, comenzamos a sentir una pesadez en los aires y mi amado, como buen siervo y sacerdote, me pidió que comenzara a orar. Así lo hice, sin cuestionar ni pensar.

Estuvimos orando por espacio de una hora. Yo mantuve mis ojos cerrados en todo momento, pero por la manera en la que el Espíritu Santo me llevó a orar, sabia que estábamos enfrentando un ataque espiritual. Recordemos que "no es contra sangre ni carne sino contra principados y potestades en las regiones celestiales" y que se nos ha dado toda potestad para pelear la buena batalla de la fe, sabiendonos mas que vencedores a través de la sangre del que nos redimió. Fueron unos momentos de oración y adoración espectaculares, es que siempre los momentos con Dios son mas que grandes.

Cuando creíamos que se había terminado la lucha, Josue dijo exaltado: "¡Oh Dios protegelo!" tuve que abrir los ojos y percatarme que el carro que iba en el carril de la izquierda iba dando tumbos, el conductor se iba durmiendo. Ahora las oraciones cambiaban. De haber estado clamando por cobertura y de estar reprendiendo lo que hubiese estado atacandonos en el viaje a, pedir fuerzas y protección por alguien que no conocíamos pero su vida pendía de su sueño fue algo fuera de lo común. !Que podemos esperar, le servimos a un Dios que esta fuera de lo común!

Ahora nuestra misión era orar para que Dios mantuviera al conductor despierto o que lo mantuviera en el carril, aunque dentro del carril se mantuviera de un lado a otro, pero estaba en el carril, seguro. Mi oración mientras extendía mis manos hacia el carro, como queriendo mantener encarrilado a la distancia era: "Señor, mantenlo alerta, despierto con fuerzas, pero de no ser así, mantén el carro dentro del carril. No importa si en el carril se mueve de un lado a otro Padre, pero esta en el carril, seguro pues tu eres quien en tu misericordia lo mantienes seguro." Así oraba continuamente dándome cuenta que cuando bajaba mis manos y/o la intensidad de mi oración, el carro se sacudía llevandome a elevar mi nivel de oración y a mantener mis manos extendidas hacia el auto.

Por otra, mi amado oraba también y de repente algo lo llevaba a dar cambio de luces, subiendo la intensidad de las mismas. Si habíamos experimentado tensión antes cuando habíamos estado guerreando, ahora estábamos mas alertas, la vida de alguien dependía de nosotros.

Yo seguía orando e intercediendo, cuando dentro del proceso Dios se me revelo. Yo decía constantemente: "Dios misericordioso, no importa que se mueva de un lado a otro, esta dentro del carril, porque tu lo vas guiando." ¡Mi alma te alaba Dios Salvador! Que gran verdad me mostró en su infinito amor.

Primero, nos preparó para este suceso. Nos llevó a un nivel de apercibimiento a través de la lucha que enfrentamos bajando de la montaña. En los momentos en donde nos sumergíamos en la adoración, nos fortaleció a través de la misma para poder luchar por otros.

Cuantas personas estarán ahora mismo orando porque nos mantengamos dentro del carril. Personas que no nos conocen, pero Nuestro Padre apercibe y levanta para que intercedan por nosotros. Oran porque nuestras fuerzas no desfallezcan y que nuestra fe crezca.

Tengo que decirles que al llegar a la estación de peaje, el caballero que iba en el auto le dice algo al empleado de la estación. Al acercarnos al peaje, el empleado nos dice que el caballero estaba muy agradecido pues cada vez que cerraba los ojos, Josue encendía las luces largas y lo despertaba. Adoramos nuevamente a Dios. Habíamos cumplido su propósito.

Otra revelación muy intima, pero quiero compartir con ustedes mis amados es la siguiente. Dios me mostró la realidad espiritual en la que mi prometido y yo nos encontramos. Estamos dentro del carril correcto, por su gracia, bondad y misericordia es así. No estamos manejando en Linea recta, en ocasiones nos cansamos, nos dormimos y perdemos el control del volante. Pero ¡gloria sea su Nombre! El toma el volante y no permite que nos descarrilemos. Nos mostró esas áreas en las que estamos fallando para que se las entreguemos y así, ser El, el único conductor del carro llamado nuestra vida.

Nos llevó a recordar además, la importancia de vivir en constante oración. "Orad sin cesar". Esa es la herramienta infalible junto a la fe y a la obediencia. Es lo que nos mantendrá alerta y preparados en todo momento.

Dios pudo haber utilizado otras alternativas para llevarnos a esta revelación, pero el es Soberano y hace como quiere cuando quiere. "Dios llama a sus ovejas, estas oyen y responden."

Sometamos nuestras vidas en completa obediencia. Seamos oidores de su palabra y hacedores de la fe. Estemos apercibidos a su voz y demosle gracias por su infinita misericordia. El es quien hace dos mil años atrás, a través del sacrificio de su Hijo, decidió tomar el volante de nuestro carro y hacernos aptos de ser llamados sus hijos. Fuimos aprobados por y para El.

Mientras oramos por otros, hay otros orando por nosotros.

Exaltemos su grandeza y poder. Agradezcamos su amor y bondad. Mantengamos una actitud propicia a escucharle y obedecer por decisión. Recordemos que la obra aun no culmina y mientras tanto, daremos bandazos dentro del carril.

Porque bueno es Dios y para siempre es su misericordia.

Lala Garcia

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