miércoles, 2 de febrero de 2011

Encarando cada uno

Séptem

Porque cuando la ira nos golpea
Nos roba la médula de la conciencia
Es peor que un nido de hienas hambrientas
Esperando que nuestras putrefactas vísceras
Queden expuestas
Nos ciega, inmoviliza
Cautiva nuestra esencia
Cauterizando si nos queda
La sabiduría
Idiotizando la inteligencia
Llevándonos a utilizar la violencia
Tanto contra la empírica
Como contra la misma materia
Sea pues Minotauro
O Amón
Con sus cuarenta legiones de almas decrépitas

Es cuando el verde comienza arder en nuestras venas
Royendo las matrices y las hieles de la condena
Depositando en las úlceras supurantes
El germen de la envidia huérfana
Quien hace trenzas en los rizos de la codicia
Quien aspira a vivir la vida ajena
Esparciendo alaridos de injusticia
Sobre la estampa muerta de la Tierra
Es Leviatán
El que le robó a Caín la primogenitura y existencia

Hace entrada por la puerta trasera de la indecencia: Lilith
La diosa del desenfreno
La que atenta contra las parejas
Vestida de inocente novicia
O quien sabe si de ramera
Arrastrándose tras las sombras
La infiel serpiente lujuriosa
Que encadena a la lascivia nuestra carne
Haciéndola sucumbir ante la arena movediza de la tragedia
Y la desierta inmundicia que la desdeña
No le sobreviven ni los niños
Y los viejos para ella son como mustios lagartijos
Hombres, mujeres
Animales con y sin instinto
Son sus parias eternales
No le importa el más ávido respiro

Mientras muchos
Sufren famélicos entuertos
Contando las costillas que le cubren el estomago desierto
Moscas sobre sus bocas
Y llagas sobre sus rodillas flojas
Otros
Se hartan cuales pirañas
Engullendo sus pasiones
Alimentando mas allá de la constancia
Comen no para vivir
Viven para comer
Para satisfacer cuales cerdos
Sus deseos por doquier
Hasta nombrar este adjetivo incierto
Da deseos de dejar de comer
Prefiero llamarlo pues por su nombre
Behemot
Pues así podré enfrentarlo sin temer

Mammon...
Quien lo quiere todo para sí
No sabe ni quiere compartir
Prefiere ver al mundo sufrir
Que abrir sus tesoros
Y repartir su pan para coexistir
Mientras más tiene
Quiere más
Más exige
Más, más, más
Más
No sabe dividir sus bienes
Pero multiplica sin justicia
Sobre la piel de sus quereres
La codicia es quien viste de oro
Los pies de este pelele

Accidia
Belfegor
Baal peor
No se han puesto de acuerdo aun
Pues prefieren dormir
Que trabajar
Decidir
Coincidir
La nada para ellos es lo máximo
Mientras menos hagan
Mejor su beneplácito
Viven encerrados en un cuarto
Cuarto lleno de espejos empañados
Dando curso a la vida
Permitiendo que las bacterias
Le corrompan la estadía
Que todos los demás
Trabajen para ellos
Pues tienen que descansar
De hacer nada en la nada
De ser unos perezosos sin contexto

Y ahora
Cubriendo su desnudez sin velos
Haciendo alardes de su pasado perfecto
Entra por la puerta grande Lusbel
Soberbia y orgullo
Cruel y rampante
No ha olvidado quien fue
A quien le sirvió en unos instantes antes
Al mismo que quiso opacar
Más por eso perdió su lugar
Perdió hasta el juicio
Quiere inyectar a cuanto ser
Frente a su presencia se ampare
Haciéndole creer ante al altar
Que no existe ser más grande
Gigante o importante
Triste pues la historia de este cobarde
Pues su futuro trata de esconder
Tras los vestigios moribundos de su donaire

Están todos
No falta alguno
Sentados ante el Grande de los inmortales
Sabiendo como saben
El futuro de sus acciones delirantes
Contra nosotros
Enfilaron sus cañones
Queriendo arrastrarnos con ellos
Hacia el paredón de los mortales
Anhelando que en las cavidades de sus tumbas avernales
Hubiesen mas gritos
Sufriendo por las eternidades

Mas hace mas de un milenio
En una cruz o Madero
Realmente esto no es lo importante
Hubo uno que entregó su sangre
Alma y cuerpo
Lavando nuestra esencia
Redimiendo de la muerte eterna
Nuestro cuerpo imperfecto
Garantizando nuestra estadía
Ante la presencia
De Nuestro Gran Divino Viejo

Ellos son siete
Mientras solo Uno
Para salvarnos de la muerte eterna
Y por una sola palabra certera
Pudo contra todos ellos
Misericordia justa y plena
Pero nos ha dado la oportunidad
De ser quienes elijamos el desenlace de nuestra leyenda
Tenemos en nuestras manos el escoger
El sentarnos con ellos a la mesa
O aceptar la sangre de Cristo
Y sus designios obedecer


 Lala Garcia

(Lala©2011)

1 comentario: